Sesión de XV años previo a un huracán
- Jorge Cancino
- 18 sept 2022
- 2 Min. de lectura
Domingo 4 de septiembre, con 39 grados que estaban marcando en el termómetro, salí rumbo a Rosarito a una sesión de fotos para una quinceañera, la locación era Castillos del Mar, listo con la cámara, lentes, baterías cargadas y una botella de agua a la que le puse hielo para poder soportar el calor que estaba haciendo, me fui por la carretera esperando no encontrar mucho tráfico porque siendo fin de semana, entrar a Rosarito es como hacer fila para ir a Estados Unidos, para mi sorpresa, el camino estuvo fluido y llegué a tiempo para la sesión de fotos.
Me esperaban la quinceañera, su hermanita y sus papás, estaban comiendo algo así que les dije que no se apresuraran porque teníamos bastante tiempo para tomar las fotos, en lo que ellos terminaban sus alimentos me fui a preparar la cámara, pensando en que usaría el “Nifty fifty” (50 mm) para toda la sesión, quería tener a la quinceañera bien enfocada y como el centro de atención y también tener espacio suficiente para ver el paisaje del mar, las olas y la arena.
Bajamos a la playa y caminamos a las rocas que estaban cerca, esperamos que las olas nos dieran paso para no mojarnos, a pesar de estar haciendo calor, estaba muy nublado y hacía viento, así que no creí buena idea que nos mojáramos, ya en las rocas, Bianca, la quinceañera, tenía unas ideas de cómo quería salir, en estas fotos siempre pregunto “Cuando te tomas una selfie, ¿Cómo lo haces?”, lo hago para conocer que lado es el que le dan a la cámara y de esa manera poder darles una dirección de cómo posar.
Le comenté que quería que ella estuviera parada en las rocas y esperáramos que las olas rompan en las rocas para que aparezcan en la fotografía, después de unos minutos y pruebas logramos una fotografía que queríamos, se la mostré a ella y le encantó, seguimos tomando fotos de ella sentada, girando, recargada en la pared y nos regresamos a la playa, fuimos a aprovechar la cueva que, aunque la arena estaba muy alta, pudimos colocarnos a la entrada y tomar unas fotos. Cabe mencionar que soy algo claustrofóbico, así que entrar a la cueva para tomarle unas fotos desde adentro fue todo un reto, Bianca siendo una excelente persona me dice “Si entras dando la espalda, no vas a sentir tanto pavor”, jajaja, pues eso mismo hice y si, ayudó su consejo.
Me gustó muchísimo esta sesión, Bianca estuvo súper accesible y respondía bien a las direcciones que le daba y mejor aún, ella misma me decía de algunas poses que quería y proponía lugares; su familia de igual manera amables, amigables, pacientes y accesibles, en el siguiente blog les cuento cómo nos fue el día del evento, esa semana fue cuando tuvimos la tormenta por el huracán Kay que nos pasó muy cerca.










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